¿Dificultades para relacionarte? Efectos de las heridas emocionales de un «hijo(a) olvidado(a)»

Si sufres dificultades para relacionarte, este podría ser el resultado de las heridas emocionales propias de un «hijo(a) olvidado(a)». En este artículo te ayudaremos a identificar si te encuentras en esta situación y te daremos unos «tips» para sanar las heridas emocionales, superarlas y construir relaciones más saludables en el ámbito personal, social o laboral.

¿Dificultades para relacionarte? Efectos de las heridas emocionales de un «hijo(a) olvidado(a)»

Desde ya quiero que sepas que estas dificultades para relacionarte suelen tener raíces en la infancia, cuando un niño o niña se siente emocionalmente apartado, desatendido o poco reconocido por sus padres y el sistema familiar, un patrón que conocemos como «hijo(a) olvidado(a) o perdido(a)».

Te invito a seguir leyendo y permitirme ser parte de tu proceso de transformación. ¡Comencemos juntos!

El origen de la dificultad para relacionarse está en la infancia 


Tanto tú como yo quisiéramos que la familia fuera un centro de amor, comprensión y aceptación, la realidad es muy diferente. Dicha realidad nos aboca a contemplar que existen familias disfuncionales, lo cual es el origen de muchos conflictos y enfermedades. Y una de ellas es la conducta de una hija/o olvidada/o.

Empiezo con decirte que, las familias disfuncionales, como su nombre lo indica, se caracterizan por el desorden o inversión de roles. Este desorden impide el funcionamiento adecuado para generar seres adaptados al medio, que saben sobrevivir y aprenden a desarrollarse y crecer, tanto en su aspecto personal como social. En estas familias, los padres o madres adquieren un rol de hijos y los hijos de padres. En el desorden surgido, existe un hijo que se queda olvidado, un vástago que no asume “ningún rol”; debido a su incapacidad, un miedo paralizante o tal vez, a una forma inconsciente de evadir la situación.

 «El hijo olvidado» es una persona que desde su remota infancia, al pertenecer a una familia disfuncional, adquiere un papel secundario, terciario o casi inexistente. La marginación familiar de esta hijo(a) es propiciada de modo inconsciente por sí mismo, por el clan o sus padres.

Si ahora mismo te estás identificando con este tipo de dificultad, quiero que empieces a reflexionar sobre lo que ha sido tu infancia, sé que te puede resultar doloroso, pero al final te darás cuenta de cuan liberado(a) vas a sentirte. ¡Animo! 

¿Cuáles son las señales que este hijo muestra?

Observemos que se trata de niño que se aísla, de escaso hablar, carente de opinión, no discute, no pelea. Es el caso contrario a aquel niño mal llamado «hiperactivo» que llama la atención, eufórico, escandaloso, un «busca pleito». Un infante que con su mal comportamiento pretende ser tenido en cuenta. Ambos hijos ostentan gran carencia afectiva, simplemente optan por formas opuestas para solucionar sus demandas.
 

El hijo olvidado es el típico que cuando se le pregunta algo, su respuesta es: «no sé». Un hijo del que se conoce poco, no abarca miradas, suele ser aquel hijo que le dan lo peor, lo dejan en casa porque no se queja, no exige, no es caprichoso, es muy obediente, un estudiante regular y en general, cumple con sus obligaciones sin establecer reparos. En resumen, «no da problemas», pero tampoco es destacado. Este tipo de hijo es aquel que algunos padres califican como «un hijo modélico».

Como observas, este hijo entiende (inconscientemente) que sus padres «no quieren problemas»; por eso, se aísla para satisfacerlos y, de este modo, cree que obtiene su reconocimiento, su afecto o su atención, etc. También, cabe la posibilidad de que uno de sus progenitores sea un maltratador o se encuentre enfermo, física o psíquicamente, y entonces, el niño se margina para evadir el dolor que le produce la situación. Asimismo, cuando uno de sus hermanos acapara, de alguna manera, la atención del resto de la familia o si existe una gran pérdida o un duelo sin superar. En conclusión, un motivo que ocasione la falta de atención, afecto o protección sobre este hijo(a).

Con todo esto, quiero que te conectes con tu infancia y, de este modo, puedas determinar cuáles son las posibles causas para que hayas adquirido esta conducta si sientes que puede ser tu caso. 

Ahora, voy a describirte lo que sucede en la edad adulta para que termines de tomar consciencia y sepas si todavía este tipo de conflicto sigue presente en tu vida: 

El hijo olvidado se convierte en un adulto con dificultades para relacionarse

Date cuenta de que cuando este hijo se convierte en un adulto, presenta grandes inconvenientes para relacionarse y encajar socialmente. Veamos, algunos de los principales rasgos:

El «hijo olvidado» adquiere el hábito emocional de marginarse, razón por la cual, le es difícil encontrar a amigos, trabajo o pareja. Sus relaciones son difíciles o escasas, y cuando haya un amigo o relación suele obsesionarse con esta. Es la típica persona que nadie recuerda; si un conocido se lo encuentra en la calle pasará por delante sin reconocerla, es aquel alumno que el profesor no sabe que opinar de él. En el aspecto laboral le cuesta emplearse y cuando lo consigue se apega, no porque lo disfrute, sino debido a su dificultad para buscarse otro. Como empleado es obediente, pero para el empleador él es poco implicado, en ocasiones lo perciben apático e indiferente.

El problema para relacionarse se caracteriza, en primera instancia, por ser una persona inaccesible que le es complejo intimar, pasa desapercibida, ni tampoco se trata del primer invitado a las fiestas. Ellos suelen pasar por tímidos, apáticos o apartados. En el contexto de la pareja, son aquellos que «dejan pasar», no quieren salir de casa, permisivos y ausentes. En las mujeres, además, son las atípicas esposas calladas que no opinan ni discuten -extraño, ¿verdad?-. Cuando son padres carecen de autoridad, incapaces de exigir y poner límites a sus hijos, ausentes, poco cariñosos y no comprometidos con su función paterna. Sus hijos, inconscientemente, intentaran despertar a esta clase de padres; suelen tener hijos que reclaman su atención con comportamientos desmedidos. En caso de separación o divorcio, difícilmente encuentran una nueva pareja.

Ahora que ya sabes si las dificultades para relacionarte provienen de una conducta de «hijo olvidado o perdido» y las posibles heridas emocionales, entonces, vamos a ver aquello de lo que debes estar consciente para superar el conflicto emocional que ostentas.

De qué debes tomar consciencia

Debes saber que requieres mantener cierto estado de consciencia para lograr ubicarte en este mundo. Identifica de dónde o de qué etapa de tu infancia proviene el conflicto: ¿Qué sucedió?, ¿Cómo te sentiste?, ¿Qué no pudiste expresar?

¿Cómo superar las dificultades para relacionarte

Saber estas respuestas te va a evitar situaciones aun más dolorosas; pues el grado de «olvido, aislamiento o marginación» depende del nivel del conflicto sufrido.

Como hijo olvidado necesitas reconocer que has sido una persona que respira, pero que no vive, que no existe. Esta es la percepción que te ha llevado a aislarte y marginarte.

Si has llegado hasta este punto ¡Felicitaciones, has tomado consciencia! Sin duda, el primer e importantísimo paso para empezar a resolver o superar la dificultad para relacionarte.

En los siguientes párrafos te voy a dar unos tips o consejos para que manejes el conflicto y puedas superarlo. Aunque debo advertirte, si el conflicto es muy arraigado vas a necesitar asistencia profesional. Pero por lo menos, con este artículo, por fin tienes una razón o explicación para el problema que ostentas. Y esto, constituye para muchas personas el comienzo de la sanación o resolución.

Tips para superar esta dificultad si eres un hijo olvidado
Liberar las emociones que han provocado tu auto marginación y te han evitado vivir.
Detectar los pensamientos y sensaciones que te impiden cambiar los hábitos emocionales. Por ejemplo, si estás en una reunión social, necesitas descubrir los pensamientos y sensaciones inconscientes que te están obligando a aislarte.
Vivir cada instante como si fuera el último de su vida; de esta manera te auto proclamas, te llamas a vivir el presente y aprendes a disfrutar.
Llamar la atención, lo contrario al hijo «problema» —para decirlo de este modo—, mediante el empoderamiento y desarrollo de tus talentos. Así…
Encontrar un sentido, el «para qué» de tu qué hacer en este mundo para sentirte útil y contribuir a tu medio social.
Acudir o buscar ayuda profesional si tu conducta persiste y es imposible manejarla.

Como hijo olvidado debes practicar las habilidades mentales para socializar, sonreír, hablar o comunicarte, aunque lo más importante, como te vengo diciendo, es que tomes consciencia de las causas, de tus dolores, las emociones reprimidas y, en general, de lo que te sucedió en la infancia para adquirir esta conducta.

Tips para ayudar a los hijos olvidados a superarse si eres padre o madre
Identificar el «para qué» el hijo se ausenta o para qué el padre o madre lo olvida.
Detectar el conflicto que los ha llevado a «olvidar» a este hijo. Los padres requieren darle, antes que nada, atención y afecto sin que la hija/o lo pida; ya que se ha acostumbrado a no exigirlo
Los progenitores necesitan sanar su desorden o disfunción en el hogar y tomar las riendas de la familia, el liderazgo y responsabilidad que han eludido.
Darse cuenta de que cuando uno de los padres es también un «hijo olvidado» es proclive a trasladar o adquirir la actitud extrema opuesta, es decir, a sobreproteger.

Como padre o madre de un hijo olvidado requieres mejorar tu proceder o, por lo menos, estar en camino para poder ofrecer a tu hijo aquello que requiere para transformar las implicaciones sociales y personales que entraña este conflicto emocional para él o ella.

¿Eres un hijo o una hija olvidada o perdida?

¡Te invito a compartir tus experiencias sobre el tema! 

Y recuerda: Todo conflicto o problema trae un aprendizaje para tu vida.

Te esperamos en nuestro próximo artículo.

¡Hola! Soy la autora de este artículo

Luz Quiceno R.

Soy escritora, autora de cinco libros sobre la temática de las emociones en la pareja, la educación de los hijos y la salud emocional. Especialista en Bioneuroemoción© en Enric Corbera Institute, creadora del método CER©, Consultora y Coach Emocional y Directora de LUZ EN TU CAMINO INTERIOR

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